viernes, 12 de noviembre de 2010

CARTA ABIERTA A LA SEÑORA PRESIDENTE

Le escribo a ella, porque es inútil reclamar a los funcionarios responsables de nuestra situación.

Soy jubilado con la mínima.

Tengo 77 años.

Hace del año ‘91 que reclamo una atención digna para todos los jubilados que hemos sido puntales de la economía y el progreso del país.

Hoy no se nos respeta, no sólo como ancianos, sino como personas.

He denunciado la mala atención (como he dicho desde el año ‘91); hoy estamos peor.

Por lo menos, gran parte de jubilados de Capitán Bermúdez.

Nos pasan de un lado para otro para nuestra atención médica.

El ex fiscal Stornelli, como la licenciada Ocaña, tienen pilas de denuncias.

Lo más suave que puedo decir al momento es que fui al médico de cabecera por una afección cardíaca.

Me ordenó una consulta “urgente” con el cardiólogo.

Esto fue el 21/10/10.

El turno me lo dieron para el 20/12/10 (dos meses).

Si esto no es discriminación, explíquenme...

¿Qué es discriminación?

¿Las jubilaciones de privilegio?

Estoy considerando: si esto ocurre en un estado de derecho y democracia (cientos de niños muertos por mala alimetación, ancianos abandonados a su suerte, muertes a manos de delincuentes, falta de educación, salud, seguridad, etc.).

¿se merecerá un juicio por violación a los derechos humanos?

¿O todo este sector de argentinos no son, ni tienen derchos humanos?

Tendré que reconocer que tenemos una “justicia lista”.

Finada.

Y que el único “orgullo” que nos queda es el gay.

Ricardo S. Paolín
L.E. 6.167.896

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